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sábado, 2 de abril de 2011

PRESENTACIÓN

El movimiento asociativo se ha convertido a lo largo del siglo XX en el auténtico motor del desarrollo comunitario, impulsando desde el voluntariado la participación, la solidaridad y la tolerancia. La aportación altruista de ideas, la puesta en marcha de iniciativas socioculturales y su caracter reivindicativo, convierten al tercer sector en uno de los principales baluartes de nuestra sociedad.

A pesar de la enorme legitimación social con la que cuenta en la actualidad y la cada vez mayor presencia de asociaciones de diversa naturaleza en la vida comunitaria, lo cierto es que el asociacionismo atraviesa actualmente un preocupante estancamiento, para muchos una crisis manifiesta, debido a múltiples razones.

La excesiva dependencia de las subvenciones públicas, sus escasos recursos, la delicada democracia interna de sus órganos representativos, la rivalidad entre colectivos, la escasa coordinación entre los mismos, la proliferación de muchas asociaciones y cada vez más especializadas, la pervivencia de sus modelos tradicionales de gestión y difusión de sus actividades, sin aplicar las nuevas tecnologías de la comunicación a su planificación diaria, y, en especial, la pérdida de su inicial carácter reivindicativo, a favor de una finalidad más asistencial o de prestación de servicios socioculturales, son algunas de las causas de esa crisis del modelo asociativo.